Uno de los miedos más terribles de las mamás y papás llega cuando el bebé se da un golpecito en la cabeza y le sale el famoso “chichón”.

¿Qué podemos hacer al respecto?

En primer lugar, mantener la calma para poder actuar rápidamente y acudir a tu peque.

Piensa que son cosas que pasan y que no controlan su cuerpecito todavía.

Lo mejor que ha funcionado siempre ha sido el hielo, eso sí, que nunca se nos olvide envolverlo porque si no podrías quemar la piel del peque.

Puede ser que veamos el chichón un poco más feo de la cuenta y haya que recurrir a alguna medicina.

Le pondremos un poco de pomada antiinflamatoria para que se le vaya bajando el hinchazón.

A las 24 horas, es recomendable aplicar un paño escurrido con agua caliente para que se le termine de bajar y le alivie el dolor.

También las plantas como la lavanda, perejil ayudan a bajar los hematomas y puedes hacer una “crema” de forma natural y muy sencilla, añadiendo la planta picadita y envolviéndola con mantequilla (ya que la textura y aceite ayudan a que penetre en la piel).

Es importante tener en cuenta que si un bebé de menos de un año, se cae de algún sitio que sea aproximadamente de un metro de altura como el cambiador, alguna trona…hay que llevarlo al médico por seguridad y para que le hagan una revisión.

Cuando el bebé se haga un chichón o haya tenido una caída, es bastante esencial que los días de después el juego sea menos intenso, para evitar caerse o darse otra vez y dar tregua a que se recupere.

Es normal que nuestros pequeños se caigan alguna vez, están aprendiendo a controlar su cuerpo y además, experimentando con el exterior por primera vez.

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